![]() |
|
||
|
VISITE: | TEXTOS | |||||
La Arqueología de Santander: Los Guanes "AI norte del
altiplano cundiboyacense, en el actual departamento de Santander, la
cordillera Oriental cambia radicalmente en su topografía. El severo
proceso de erosión iniciado hace varios milenios ha tallado los
profundos cañones de los ríos Chicamocha, Suárez, Fonce y Lebrija
aislando las mesetas de Barichara, Los Santos y Bucaramanga. Hacia el
oriente se eleva la cordillera hasta las alturas de la Sierra Nevada
del Cocuy que separa esta región de los llanos Orientales; por el
occidente la cordillera desciende suavemente hacia la región
selvática del Carare-Opón y el valle del Magdalena mientras que en
el norte se alzan los páramos de Santurban. El clima varía de
acuerdo a la región siendo extremadamente cálido y húmedo en el
Carare-Opón, frío en las tierras altas del oriente y norte y
templado y seco en las mesetas. En los cañones áridos del Chicamocha
y Suárez se pueden alcanzar, recorriendo distancias cortas, climas
totalmente distintos. En general en
esta extensa zona prima una vegetación subxerofítica y arbustiva
propia de los climas áridos; en las mesetas se encuentra un bosque
seco y a medida que se asciende hacia los páramos se va incrementado
el grado de humedad en las formaciones de bosque andino, subpáramo y
páramo. La vertiente occidental presenta un agudo contraste por tener
altos niveles de humedad en los bosques subandino, montano bajo y
tropical. La fauna silvestre ha desaparecido en casi toda la región a
excepción del Carare-Opón; antiguamente eran abundantes las presas
de caza como el venado, el curí, el armadillo, etc. En las mesetas y
los cañones del los ríos se encuentran en abundancia las hormigas,
utilizadas desde la época prehispánica como alimento. Es probable
que, al igual que en el territorio del altiplano cundiboyacense, en
las tierras altas de Santander hubiese pobladores desde épocas muy
tempranas y que su subsistencia se basara en la caza, pesca y
recolección. No obstante, hasta el momento no se han publicado
evidencias correspondientes a este período, lo cual refleja
únicamente la ausencia de investigaciones arqueológicas enfocadas
hacia este problema. Por otro lado las investigaciones de Correal
(1977) han puesto al descubierto un interesante conjunto de
instrumentos líticos en la región de San Vicente de Chucurí sobre
el valle del Magdalena. No se tienen aún excavaciones en esta región
que permitan aportar mayores datos sobre las características y
cronología de estos vestigios. W. Bray
(comunicación personal) adelantó excavaciones arqueológicas en
varios sitios de las tierras altas de Santander incluyendo la cueva de
La Antigua y logró identificar una fase cerámica temprana fechada en
el lapso de la primera mitad del primer milenio de nuestra era. Esta
fase, denominada Antigua, se caracteriza por una cerámica decorada
por incisión que comparte rasgos y formas con aquella del Complejo
Herrera de la Sabana de Bogotá y Boyacá. Aún no se han publicado
los informes pertinentes a esta investigación que es, hasta ahora, la
única que aporta evidencias sobre este período cerámico temprano.
Sin embargo es interesante constatar que la existencia de este
complejo en Santander permite aventurar la hipótesis de la existencia
de un horizonte cerámico inciso del cual formarían parte el Complejo
Herrera, la fase Antigua y la fase Miquimu de los Andes Venezolanos
(Wagner 19). Este horizonte vendría a ser reemplazado entre los
siglos VII y IX después de Cristo por un horizonte pintado que parece
corresponder a la etnia Guane en Santander. Los vestigios
arqueológicos de los Guanes se han venido conociendo a través de las
investigaciones adelantadas desde 1941 por J. W. Schottelius en la
Mesa de los Santos, Martín Carvajal ( 1940), Giraldo Jaramillo (
1949), Donald Sutherland ( 1971 ) en varios lugares de los cañones y
las mesetas de las tierras altas, W. Bray (s.p.) en varias cuevas de
la región, G. Cadavid (1984) en la Mesa de los Santos, Arturo Vargas
(s.p.) en Bucaramanga, Lleras y Vargas en Villanueva (s.p.) y Lleras
(1989) en Landázuri. A través de estos estudios se ha logrado
construir un cuadro más o menos completo de la ocupación más
tardía de la región antes de la Conquista Española. El aporte de
los datos etnohistóricos contenidos en obras como la de Otero DCosta
(1972), Ardila (1978), Lucena Salmoral (1974) y Morales ( 1984) ha
permitido completar y enriquecer notablemente este cuadro. La ocupación
de las tierras altas de Santander por parte de la etnia Guane se
inicia probablemente alrededor de los siglos VIII o IX de nuestra era.
La fecha absoluta más temprana asociada con cerámica correspondiente
a este grupo es del año 920 d.c. (Beta 15985, 920 ± 60 d.c.) para el
estrato inferior de la ocupación del sitio de Palogordo en el
municipio de Villanueva (Lleras 1986). De allí en adelante la
ocupación continúa sin interrupción, como lo confirman varias
fechas absolutas obtenidas en diversas investigaciones, hasta el siglo
XVI cuando la región es invadida por los conquistadores europeos y se
inicia el proceso de desvertebramiento de la cultura indígena. Sin embargo, y
a pesar de que las fechas obtenidas se encuentran asociadas con
material genéricamente identificable como Guane (Sutherland 1971,
Cadavid 1984, Lleras y Vargas (s.p.) y Lleras 1989) no hay durante los
siete siglos de ocupación documentada una homogeneidad completa. En
realidad, el estudio de los vestigios Ileva a concluir que se pueden
diferenciar dos grandes complejos que tienen muchas similitudes entre
sí pero que, a la vez, pueden distinguirse por sus características
particulares, su localización geográfica y su cronología. El primer gran
complejo puede identificarse como Guane Temprano y se sitúa entre los
siglos Vlll y XIII aproximadamente. Las grandes semejanzas de varios
de los tipos cerámicos que conforman este complejo (Villanueva
Ocre/Crema-Negro, Los Santos Carmelito Burdo, Los Santos Micacea Roja
y Los Santos Micacea Fina) con los materiales correspondientes a la
Tradicción Ranchoide de la peninsula de la Guajira (Tipos Portacelli
y Cocos, (Ardila, Gerardo-Comunicación personal) parece indicar un
posible parentesco entre los dos complejos. La tradición Ranchoide
tiene fechas asociadas mucho más tempranas (primeros Siglos de
nuestra era) por lo cual se piensa que podría constituir un
antecedente del Complejo Guane Temprano. En una época cercana al
Siglo Vlll d.c. parece haberse producido una oleada de migraciones de
gentes pertenecientes a etnias de la familia linguística Chibcha
desde la región de la Guajira y la cuenca del lago de Maracaibo hacia
los Andes Orientales de Colombia y Venezuela dando orígen a la
ocupación Chibcha tardía de estas regiones. En Santander el
Complejo Guane Temprano se ubica principalmente hacia las regiones del
norte y oriente, en la Mesa de Bucaramanga y de Los Santos, sobre el
sector inferior del cañón del Chicamocha y en la zona aledaña a los
páramos del suroriente. Sitios de habitación correspondientes a
éste período han sido explorados principalmente en las terrazas
aluviales a lado y lado del río Chicamocha. En la cérámica se
observa la convivencia de una tradición de decoración por incisión
y de la decoración pintada. Esta última categoría está
representada por el tipo Villanueva Ocre/Crema-Negro que comprende
principalmente formas como las copas de base baja, cuencos, mucuras y
pequeñas vasijas y cuya pasta se distingue por un excelente control
de la cocción que le proporciona gran dureza. La pintura es de color
rojo oscuro y los motivos incluyen líneas paralelas, cruces, volutas
sigmoideas, círculos y triángulos. El tipo Santos Carmelito Burdo
incluye vasijas de tipo doméstico de tamaño grande y mediano; su
elaboración es tosca y la decoración está casi por completo
ausente; aparece con mucha frecuencia el borde doblado. En el tipo Los
Santos Micacea Roja se combinan las técnicas de incisión y pintura
siendo un poco más abundante esta última; la característica
principal es, sin embargo, la adición intencional de abundante mica
lo cual da un brillo especial a la superficie. El tipo Los Santos
Micaceo Fino está decorado únicamente por incisión; comprende
vasijas pequeñas, copas y cuencos de reducidas dimensiones. El Complejo
Guane Tardío reemplaza los vestigios del Guane Temprano en una época
cercana al Siglo XIII; aún cuando en ciertas zonas del sur puede ser
algo más antiguo. Su duración se extiende hasta la época de la
conquista española (Siglos XVI al XVII). La dispersión geográfica
comprende básicamente el sur y el occidente de Santander incluyendo
el valle del Suárez, la meseta de Barichara, el alto Chicamocha, las
regiones de Socorro y Oiba y la Serranía de los Cobardes. Piezas de
cerámica correspondientes a tipos de este complejo aparecen en muchos
lugares por fuera del territorio Guane del siglo XVI, especialmente en
la vertiente occidental de la serranía de los Cobardes (Lleras 1989)
y en varios sitios de Boyacá (Boada 1987). El complejo
Guane Tardío incluye los tipos Oiba Rojo/ Rojo-Naranja y posiblemente
otro denominado Curití Poroso que hasta la fecha no ha sido
satisfactoriamente definido. El tipo Oiba Rojo/Naranja incluye copas,
jarras, múcuras, barriles y vasijas semiglobulares. La decoración es
pintada y sigue patrones geométricos en el diseño formando líneas
rectas y ondulantes, triángulos, cruces, etc. La pasta es blanda y
deleznable revelando un imperfecto control de la cocción. Indudablemente
los Complejos Temprano y Tardío corresponden a diferentes fases en el
desarrollo de una misma etnia. Probablemente en la época temprana
existió una relación más fuerte con el grupo Lache de la Sierra
Nevada del Cocuy y con los grupos Chitareros del norte de Santander y
Timoto-Cuica de la Sierra Nevada de Mérida con quienes este complejo
comparte muchos rasgos. En la época tardía es mucho más notorio la
influencia del grupo Muisca situado al sur; son muy abundantes las
evidencias de contactos e intercambios y existe una zona limítrofe en
la cual las dos culturas se mezclan en alto grado. Para la época de
la conquista el Complejo Guane Temprano había desaparecido en todo el
territorio y sus sitios de habitación sobre el cañón del Chicamocha
habían sido abandonados. El conocimiento
que tenemos sobre la organización sociopolítica, lengua y costumbres
de los Guanes se deriva de las crónicas y documentos dejados por los
conquistadores y colonizadores españoles y ha estado afectado siempre
por un factor muy fuerte: la errónea asimilación que se ha hecho
casi siempre de Muiscas y Guanes como de un sólo pueblo. Esta idea ha
hecho que se vea a los Guanes como un apéndice de los Muiscas hasta
el punto que se ha Ilegado a integrar su territorio dentro de los
dominios Muiscas. Hay que aclarar que, a pesar del parentesco y las
similitudes, hay suficientes diferencias como para estudiar al grupo
Guane en forma independiente ya que este posee una identidad étnica
propia. Según los
cronistas en el siglo XVI esta provincia se encontraba muy poblada y
existían grandes pueblos como Guanenta, Butaregua, Macaregua, etc.
Los poblados se situaban en partes altas apropiadas para la defensa y
se componían de grupos de bohíos circulares con techo cónico
(Morales 1984). En cada poblado existía un jefe principal o cacique
al cual respetaban y obedecían todos los miembros del grupo. Se ha
discutido mucho sobre si existía o no una autoridad centralizada con
poder sobre todos los cacicazgos del territorio; los cronistas
mencionan a un gran cacique, el "Guanenta" a quien todos
habrían reconocido como cabeza indiscutida de la autoridad étnica.
No obstante, su figura, sus atributos e incluso la sede misma de su
residencia no han podido aclararse del todo. Está comprobada, por
otro lado, la existencia de capitanes, sujetos con un poder intermedio
dentro de los pueblos gobernados por caciques (Morales 1984). Es
probable que en el Siglo XVI se estuviera gestando un tipo de
organización social jerarquizada similar a la que ya existía entre
los Muiscas, pero aún no se había llegado a su consolidación. Los Guanes
estaban organizados en linajes matrilineales exógamos; ia herencia de
los cacicazgos se hacia de tío a sobrino hijo de hermana. Los
capitanes y caciques recibían tributo en forma de especie de sus
sujetos como contraprestación al cumplimiento de una serie de
funciones de índole económica, social y militar que estos
desempeñaban (Morales 1984). Al cacique la comunidad le construía
sus bohíos, labraba sus tierras y entregaba presas de cacería y
mantas (Ardila 1978). Los muchachos que habían de suceder a los
caciques eran preparados desde los quince o dieciseis años y
sometidos a un cuidadoso entrenamiento; se tomaba en cuenta su valor y
su capacidad de dominio sobre sí mismos para efectuar finalmente la
elección del sucesor definitivo. La ceremonia de sucesión de los
cacicazgos estaban revestidas de gran pompa y representaban uno de los
eventos más solemnes y de mayor importancia para el grupo. La base de la
subsistencia fue la agricultura, especialmente el cultivo de maíz. Se
cultivaron además la yuca, la papa, arrachaca, ahuyama, calabaza,
fríjol y cacao y, en gran escala, el algodón y el fique utilizados
para la industria textil. (Ardila 1978). Según las crónicas en la
región árida del cañón del Chicamocha los Guanes poseían sistemas
de irrigación con canales y estanques sobre amplias extensiones; sin
embargo, hasta el momento no se han encontrado evidencias
arqueológicas de este tipo de obras (Lleras y Langebaek 1986). Otro
tipo de estructura de adecuación agrícola reportada por el
territorio Guane son las terrazas de cultivo identificadas y mapeadas
por Cadavid (1984) sobre un amplio sector de la Mesa de los Santos. La producción
agrícola alcanzó, al parecer, un gran desarrollo que permitió la
existencia de especialistas como los alfareros, los tejedores, los
talladores y los orfebres. También fue la producción agrícola base
de un activo intercambio, tanto dentro del mismo territorio, como con
otros grupos vecinos, especialmente los Muiscas a cuyos mercados
acudían (Ardila 1978). Un renglón de primera importancia en la
economía fue el relacionado con la elaboración de mantas y el
tráfico de algodón en bruto. Los cronistas mencionan también el
cultivo e intercambio de tabaco y coca utilizados dentro de ciertos
rituales como agentes estimulantes. (Ardila 1978). Los caciques
Guanes utilizaron gran cantidad de adornos de oro durante ceremonias
como la de su consagración. Pese a esto los hallazgos de piezas
orfebres en Santander son relativamente escasos y el estilo y
técnicas metalúrgicas de esta región son aún poco conocidos.
Arqueológicamente se han reportado dos hallazgos: en Bucaramanga
Arturo Vargas (comunicación personal) excavó una tumba conteniendo
una orejera en alambre cercana a otras conteniendo cerámica de tipo
Guane; en Landázuri se reportó el hallazgo de un conjunto de objetos
asociados a cerámica del complejo Guane Tardío y a una fecha de
finales del siglo XV (Lleras 1989). En piedras se
conocen ejemplos de volantes de huso con decoraciones incisa, cantos
rodados con incisiones formando mallas y motivos zoomórfos
estilizados y placas de piedra colgantes pulidas similares a aquellas
manufacturadas en la serranía de Mérida y en la Sierra Nevada de
Santa Marta. Hay varias grandes rocas con petroglifos en los cañones
del Suárez y Chicamocha y pictografías en colores ocre, violeta,
blanco, negro y verde representando motivos similares a algunos
encontrados en cerámica y textiles (Cadavid, 1984). Además de las
mantas de algodón, de las cuales se han conservado varios ejemplares,
los Guanes manufacturaron gorros y mochilas en algodón y fique. Los
tejidos conservados muestran un gran dominio de las técnicas de
hilado y tejido; la decoración pintada se hacía mediante pinceles y
estampando directamente sobre la tela ya tejida. También utilizaron
fibras vegetales extraídas de la ceiba y con pelo humano trenzaron
pelucas y gorros. (Cortés 1987). El desarrollo textil Guane fue la
base de la industria textilera Santandereana que floreció a lo largo
de la Colonia y decayó durante la República. Todos estos
elementos textiles se han conservado por haber sido sepultados en
cuevas secas ubicadas en los farallones sobre los cañones de los
ríos. En estas cuevas de origen natural, algunas veces ampliadas o
modificadas, fueron sepultados personajes de importancia cuyos cuerpos
fueron previamente momificados y envueltos en mantas, mallas y
hamacas. Las cuevas se conocen y han sido saqueadas desde hace muchos
años por lo cual no se conocen detalles sobre los contextos
funerarios. Parecer ser, sin embargo, que en todos los casos se trata
de entierros múltiples de personajes acompañados por un gran ajuar
que comprende elementos de madera como telares, lanzas, propulsores y
bastones, adornos de oro, cerámica, objetos de concha y piedras
además de los textiles mencionados. Naturalmente el
entierro en cuevas y la momificación no era la regla general y
durante la misma época el común de la gente era enterrada en tumbas
de pozo y cámara lateral de poca profundidad (1.5 a 2.5 ms.) con un
ajuar compuesto por vasijas cerámicas (algunas veces en gran
cantidad) y ocasionalmente por piezas de oro como en Landázuri
(Lleras 1989). Extensos cementerios de este tipo se han encontrado en
Oiba, Socorro, San Gil y Curití. Es posible que se trate de un
patrón de enterramiento propio del Complejo Guane Tardío ya que la
presencia de este tipo de tumbas en el norte y oriente es esporádica
y su asociación con cerámica temprana no se ha confirmado. En el
sitio de Palogordo se excavaron varios entierros de fosa simple lo
cual apoya la idea de que en el período temprano el patrón
predominante era este y no el de tumbas de pozo y cámara lateral. En el
territorio Guane confluyeron varias de las expediciones europeas que
exploraron y conquistaron el interior del Nuevo Reino de Granada. Cabe
mencionar la expedición alemana de Ambrosio Alfinger quien
incursionó en está región proveniente de Venezuela y Martín
Galeano que en 1540 inicia su marcha sobre la provincia Guane. Se
presentaron escaramuzas y el habitual saqueo de los pueblos durante el
cual los conquistadores recaudaron grandes sumas en oro. En una de
estas batallas pereció el Guanenta, cacique reconocido aparentemente
por toda la etnia. Siguieron algunas rebeliones y luchas menores y la
pacificación total seguida del reparto de los indios en encomiendas
administradas por sus conquistadores. Entre los siglos XVII y XVIII el
mestizaje y la progresiva desaparición de las costumbres y valores
indígenas van desintegrando la cultura indígena que hoy ya ha
desaparecido completamente en Santander. Queda, sin embargo, un
valioso legado que se manifiesta en muchos aspectos de la cultura
mestiza campesina." Roberto Lleras Antropólogo de la Universidad de los Andes, 1978. Master of Arts de la Universidad de Bradford. Ha trabajado para eI Museo del Oro del Banco de la República. Tomado
del Libro Arte de La Tierra - Muiscas y Guanes de la Coleccion de
Tesoros Precolombinos, del Fondo de Promoción de la Cultura, del
Banco Popular, 1989
"
|