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Santo Domingo |
Llegamos
aqui al plato fuerte, a la mas deslumbrante estacion de nuestro
recorrido a traves de los grandes monumentos del arte religioso tunjano.
Llegamos al templo de Santo Domingo y, lo que es esencial, a su
asombrosa Capilla del Rosario, sin duda una de las obras maestras que
produjo el barroco americano en tierras neogranadinas. Es un conjunto
desproporcionado. Bellamente desproporcionado, por supuesto. Decimos
esto porque no hay dentro del cosmos del barroco indiano un caso
comparable al de Santo Domingo de Tunja, en el que una sola capilla
lateral apabulla y oscurece el resto del templo del cual se supone que
es un apendice. Esto es lo que sucede en Santo Domingo: el templo -que
es solo un magnifico ejemplar barroco- termina siendo un humilde
apendice de la Capilla del Rosario! Pese
a lo anterior, Santo Domingo posee un bello retablo mayor de tres
cuerpos e igual numero de calles. con frisos que separan los cuerpos y
entrecalles en los dos primeros cuerpos con tres columnas en cada una
y capiteles corintios. Los bajorrelieves
del cuerpo superior tienen gran valor estetico y la hornacina central
esta dignamente enmarcada. Hay, ademas, un tabernaculo que recuerda los
de la Catedral y San Francisco. Llama
la atención un conjunto escultórico de gran valor que representa al
tradicional judio despiadado que conduce con una cadena al Señor en su
penoso ascenso al Golgota. Decia la leyenda que en ciertas noches
tenebrosas, el judio, al que se agrego el adjetivo de errante, soltaba
a su divina victima y se daba a errar por las calles de Tunja
aterrorizando a los viandantes que trasegaban a esas horas. Hagamos
ahora un poco de historia. El capitan Garcia Arias Maldonado fue un
regidor tunjano del siglo XVI que vivio una vida holgada y seguramente
tuvo bajo su providente custodia a no pocos indios encomendados. Bien
sabido es como estos personajes, tipicos de nuestra era colonial, se
daban una vida regalada, a pesar de lo cual no descuidaban ni
menospreciaban el supremo negocio de la salvacion eterna. Los mas
acaudalados de ellos solian otorgar mandas, donaciones y capellanias con
fines piadosos y capaces, por su magnitud, de franquearles la puerta de
la bienaventuranza o reducirles de modo considerable el tiempo de
permanencia entre las llamas benignas, pero siempre incomodas, del
Purgatorio. Entonces, fiel a esa norma prudente, Arias Maldonado dicto
su testamento y dentro del mismo un codicilo en el que expreso su
voluntad de fundar la Capilla del Rosario en la iglesia de Santo
Domingo. La disposicion testamentaria, que data de 1568, dice asi:
"Item
digo y declaro que yo dejo sentada y pagada una capilla en la iglesia
del Monasterio del Señor Santo Domingo desta ciudad y en ella una
capellania".
La
ultima voluntad del capitan se cumplio. El pintor quiteño Fray Pedro
Bedon fundo a fines del siglo XVI la Cofradia del Rosario y dio comienzo
a la ereccion de la capilla. Mas tarde comenzaron las obras
fundamentales que convertirian esta capilla en una de las realizaciones
maestras del barroco americano. El entallador Jose de Sandoval fue el
encargado de ejecutar el retablo central, el artifice Diego de Rojas lo
doro y los ocho relieves de madera policroma fueron obra del escultor
Lorenzo de Lugo. Este grandioso retablo esta compuesto por tres calles y
tres cuerpos. Las entrecalles y los flancos estan formados por haces de
tres columnas, dos de ellas atrasadas y una delantera. Las dos primeras
tienen capitel de orden mixto y fustes intensamente labrados a base de
guirnaldas y racimos de uvas que, como ya vimos, son un simbolo
eucaristico por su asociacion con el vino. Las delanteras son unas
bellisimas composiciones mestizas cuyos elementos principales son
atlantes que constituyen evidentes demostraciones de sincretismo
plastico, puesto que, si bien su estirpe es taxativamente grecolatina,
la apariencia de los rostros es, sin sombra de dudas, mestiza. Sobre
estas figuras se apoyan capiteles mixtos. Los cuerpos estan separados
por frisos en que abundan los racimos de vid y variadas aves. En el
centro del cuerpo inferior esta el camarin de la Virgen del Rosario
flanqueado por tres columnas a cada lado y rematado por un
arco-diadema rebajado y elaborado con minuciosidad y esplendor muy
barrocos. Entre
los relieves del retablo central, que son todos admirables, sobresale
por su perfeccion el de la Anunciacion de la Virgen, situado en el
cuerpo inferior y en la calle izquierda. Es un conjunto escultorico
noble y de acabada maestria en su ejecucion. Deben mencionarse tambien
los que representan al Niño Dios entre los doctores y la Purificacion
de Maria. Los paramentos laterales estan encuadrados por marcos labrados
y pilastras. Son escenas de la pasion de Cristo, de buena factura pero
ostensiblemente inferiores a los relieves del retablo central. Ello,
desde luego no quiere decir que estos paramentos murales desentonen
dentro del conjunto. A
tal extremo llego lo que con acierto llama Santiago Sebastian "el
desarrollo desmesurado" de esta capilla, que en ella se da el caso
insolito de dos grandes arcos torales trabajados con magnificencia. Los
dos arcos estan separados por sendos camarines con balconcillos sobre
los que reposan otros arcos menores. El primero se apoya sobre pilastras
corintias y el segundo sobre columnas del mismo orden, y todo el
conjunto -pilastras, aruivolta y columnas- ostenta una bellisima
ornamentacion en la que abundan las pinas encuadradas por grandes hojas
y otras figuras vegetales. El artesonado, dorado sobre fondo rojo, se
compone de marcos en forma de cruz, octagonos y hexagonos que enmarcan
representaciones cruciformes y fitomorfas. Alfredo Iriarte Tomado del libro: Tesoros de Tunja |
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